Los diputados que representarán al Congreso mexicano en la reunión interparlamentaria México-Estados Unidos llegarán a la mesa con sus homólogos estadounidenses con posiciones divididas y no con una voz unánime y fuerte que deje claras las posturas del país ante las nuevas políticas del presidente Donald Trump.
Las discrepancias entre los legisladores se centran en la cooperación en materia de seguridad, la modernización del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAM) y el combate al narcotráfico.
El PRI y sus aliados plantearán a sus homólogos un nuevo modelo de combate al tráfico de drogas de manera compartida y no solamente atacando a los cárteles mexicanos, a partir de esquemas para reducir el consumo de drogas en el país vecino.
La izquierda en el Congreso expondrá la legalización de la mariguana con fines lúdicos, así como un combate generalizado a la delincuencia organizada, no solamente en el país, sino en territorio estadounidense.
Ante este panorama, los legisladores están conscientes que llegan con agendas encontradas, pero dicen que no será tema de preocupación.
Yo les garantizo que va haber muchas más discrepancias en la delegación de Estados Unidos en la delegación de México, que va a haber muchas más posturas opuestas dentro de los congresistas y las congresistas de Estados Unidos en México, pero también va haber discrepancia entre la delegación mexicana no hay porque asustarse de eso”, resaltó Agustín Basave.
Donde sí hubo coincidencias es en la defensa de los migrantes mexicanos que viven en Estados Unidos, así como la negativa unánime a que México destine un sólo peso a la construcción del muro fronterizo.