Cuando se trata de la ropa interior de los hombres, el debate siempre ha estado entre los bóxers y los calzoncillos. Por supuesto, no hay una opción definitiva y cada quien es libre de elegir con cuál se siente más cómodo, pero un argumento sobre la fertilidad ha dominado durante mucho tiempo este tema.
Una creencia arraigada es que los bóxers son mucho más beneficiosos para los testículos y para producir espermatozoides saludables.
Gracias a la ciencia, el debate se ha resuelto con nuevo estudio publicado por la Escuela de Salud Pública de Harvard.
Los investigadores descubrieron que la ropa interior ajustada está asociada con la reducción de la concentración de esperma y puede provocar niveles más bajos de hormona foliculoestimulante (FSH) en la sangre.
La Dra. Lidia Minguez-Alarcon, la autora principal del estudio, dijo en un comunicado:
“Una fortaleza importante de este estudio es que pudimos investigar la posible relación entre el tipo de ropa interior usada y los indicadores de la función testicular, como los niveles de hormonas reproductivas y el daño al ADN, que faltaban en todos los estudios previos sobre el tema”.
Los expertos realizaron este estudio al analizar 1,186 muestras de esperma de 656 hombres diferentes que buscaban tratamiento de fertilidad en el Hospital General de Massachusetts, entre los años 2000 y 2017. En este número, 304 hombres también tomaron una muestra de sangre para que los médicos pudieran estudiar sus niveles de FSH, estradiol (una forma de estrógeno) y hormona luteinizante (una hormona utilizada en el desarrollo de células reproductoras).
Descubrieron que los hombres que usaban bóxers, que constituían el 53 por ciento del grupo, tenían una concentración de espermatozoides más alta del 25 por ciento, un conteo de espermatozoides más alto del 25 por ciento y niveles de FSH inferiores del 14 por ciento, que los que usaban ropa interior ajustada. Los factores que podrían influir en los espermatozoides como la edad, el IMC, el historial de tabaquismo y el tiempo informado entre la muestra y la última eyaculación, se ajustaron en consecuencia.
Sin embargo, admiten que sus hallazgos podrían verse afectados por el hecho de que solo el 67 por ciento de los participantes presentaron solo una muestra y que el ritmo circadiano durante todo el día puede cambiar la calidad de los espermatozoides.
Además, no se puede considerar que estos resultados representen al público en general, ya que todas las muestras se tomaron de hombres que formaban parte de una clínica de fertilidad.