El papa Francisco, blanco de ataques de un sector ultraconservador de la Iglesia, afirmó ayer que solo “el silencio y el rezo” pueden combatir a los “perros salvajes” que buscan “el escándalo” y “la división”.
El pontífice fue acusado por el sacerdote conservador italiano, Carlo Maria Vigano, de haber encubierto durante cinco años al cardenal estadunidense Theodore McCarrick, sospechoso de cometer abusos sexuales.
Francisco se negó la semana pasada a hacer declaraciones sobre este caso, e insistió ayer en manejar así el escándalo durante su primera misa privada matutina tras una pausa por el verano.
Más adelante reconoció que “no es fácil” dar la propia opinión y después callar, pero insistió que es el único camino ante las personas que “no tienen buena voluntad”, que buscan el escándalo, la división y la destrucción.