Carlos Ruesga se inventó un cobro muy original en el último tiro libre de un partido de handball, que dejó atónitos a todos.
En el duelo entre el Sporting de Lisboa y el Chekhovski Medvedi de la Champions League, el jugador Carlos Ruesga se inventó un cobro muy original en el último tiro libre de un partido de handball, que dejó atónitos a todos, se paró enfrente de la barrera para hacer una maniobra poco común y sacudir las redes.
La maniobra fue efectiva y con el tanto se pudo desempatar el 22-22 que prevalecía en el marcador.
La Federación Europea de Balonmano integró este gol como uno de los cinco mejores de la segunda jornada.
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