Los puertos de entrada legal a los Estados Unidos son el último obstáculo que deben enfrentar los hondureños que han cruzado todo el país en la caravana migrante.
Luego de largas caminatas, pasar la noche en albergues, confrontarse con las autoridades y residentes de Tijuana, los hondureños han topado con el muro de Donald Trump y hacen fila en el puerto de entrada El Chaparral para gestionar su acceso a lo que llaman “el sueño americano”.
En caso de que no puedan entrar a EU como lo advirtió el presidente Donald Trump, entonces, muchos de ellos tendrán que hacer una nueva vida en México.
El presidente de los Estados Unidos ha dicho que si alguien intenta entrar a la fuerza, les podrían disparar. Ante semejante amenaza, en este punto de entrada a Estados Unidos persiste la incertidumbre.
La esperanza de los migrantes radica en la idea de un asilo político debido a que los hondureños confían en que el gobierno de Trump respete los tratados internacionales de derechos humanos.