El gobierno de Rusia advirtió que la declaración de estado de excepción en Ucrania puede generar enfrentamientos en la región. “El hecho tiene el potencial de desencadenar hostilidades en el este de Ucrania”, dijo Dmitry Peskov, vocero del presidente Vladimir Putin.
Kiev, por su parte, culpó a Rusia por hacer alarde de los 24 marineros ucranianos capturados, y considera a esos elementos como prisioneros de guerra.
“El número de tanques en las bases (militares rusas) situadas a lo largo de nuestra frontera se triplicó. El número de unidades militares desplegadas a lo largo de nuestra frontera aumentó drásticamente”, declaró el presidente Petro Poroshenko.
El choque revivió un conflicto a gran escala en Ucrania oriental, que provocó que Estados Unidos y sus aliados criticaran a Rusia en Naciones Unidas.
El lunes, el Parlamento ucraniano aprobó imponer la ley marcial o estado de excepción durante 30 días, algo que Kiev había evitado cuando Rusia anexó la península de Crimea.
Esto luego de la confrontación del domingo pasado en el estrecho de Kerch, que une el Mar Negro y el Mar de Azov, cuando Moscú atacó tres buques y capturó a marinos.
La agencia de inteligencia rusa FSB afirmó que los barcos transportaban agentes de inteligencia de la SBU ucraniana con la misión de montar lo que calificaron de una provocación.
La SBU confirmó que había agentes en los barcos, pero negó cualquier intención perniciosa, diciendo que simplemente estaban realizando operaciones de contrainteligencia para la Armada ucraniana.
En este contexto, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, manifestó su preocupación por la escalada del conflicto.
“Las dos partes deben mostrar la máxima contención y dar pasos que reduzcan las tensiones. Deben respetar derechos y obligaciones de todas las partes, incluida la integridad territorial de Ucrania”, expresó en un comunicado.
