El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, afirmó que el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores “se va a disputar con ambas hinchadas en la ciudad de Madrid en el estadio Santiago Bernabéu” el 9 de diciembre a las 20.30 hora española. River y Boca sacarán chispas.
“Quienes conocemos esto y sabemos que solo es ganar o perder y no matar o morir estamos dando un paso hacia delante”, manifestó Domínguez al anunciar la solución obtenida por la entidad al conflicto generado desde el sábado por el ataque de fanáticos al autobús de Boca que se dirigía al estadio Monumental de Buenos Aires para jugar el partido de vuelta de la final.
Añadió que no hubo ninguna posibilidad de reprogramar el partido en el Monumental, como debió jugarse el pasado 24 de noviembre tras el partido de ida que terminó 2-2 en La Bombonera.
Durante las negociaciones para buscar una solución a la crisis, en la que Boca llegó a anunciar que no estaría dispuesto a jugar “ningún partido” y pidió el título a expensas de la descalificación de River Plate, la Conmebol anunció el martes que el partido decisivo se jugaría fuera del país, “el 8 o 9 de diciembre”.
“No hubo chance de que se jugase en El Monumental. Por una cuestión de protocolo y de seguridad”, dijo hoy Domínguez en rueda de prensa.
Domínguez agradeció la mediación del presidente de la FIFA, Gianni Infantino; el de la UEFA, Aleksander Ceferín; así como al del Real Madrid, Florentino Pérez.