Es como un tren de alta velocidad que viaja sin paradas hacia el título como único destino. O eso al menos es lo que pretende Rafael Nadal y lo que desprende su raqueta tras una nueva exhibición en la Rod Laver Arena de Melbourne, Australia, esta vez frente a Frances Tiafoe al que se impuso con superioridad por 6-3, 6-4, 6-2.
El español puso rumbo a las semifinales del Abierto de Australia en apenas una hora y 47 minutos. La victoria del 17 veces campeón de Grand Slam le permite asegurarse una plaza en su trigésima semifinal en un torneo de esta categoría, que lo sitúa únicamente a una del total de presencias que sumó Jimmy Connros, el tercer clasificado en este ranking histórico.
Además, se trata de la sexta vez en su carrera que el manacorense consigue una plaza en la Final Four en Melbourne desde que llegó por primera vez en 2008. Repitió en 2009, 2012, 2014, 2017, y este curso vuelve ante Stefanos Tsitsipas, que poco antes de que el español cerrara su pase a semifinales hizo lo mismo frente a Roberto Bautista Agut.
Si bien en semifinales tendrá que medirse al griego de 20 años y en la tercera ronda ya había derrotado a De Miñaur, de 19, este martes encontró enfrente a otro de los miembros de la próxima genración ATP. A sus 21 años recién cumplidos el pasado domingo, el estadounidense llegaba con una lista de víctimas entre las que se encontraban el favorito No. 5 Kevin Anderson o el No. 20 Grigor Dimitrov. Pero el primer duelo en el FedEx ATP Head2Head con el No. 2 del Ranking ATP se decantó del lado del más experimentado.
Nadal apenas tardó en marcar distancia. Tal y como ha demostrado durante sus partidos anteriores, lució la misma rapidez de piernas, velocidad de muñeca y confianza para en apenas seis minutos cerrar el primer break de su lado (2-0). Con una derecha letal movió como quiso a Tiafoe. Por si fuera poco, se mostró muy seguro con el servicio. Tanto que en el set inicial se adjudicó los 15 puntos que puso en juego con su primer saque, acompañado de 4 aces.
El primer set se esfumó en apenas media hora, gracias a aquel break prematuro que fue una distancia insalvable. A pesar de los esfuerzos del americano por tratar de engancharse al partido, Nadal siguió mandando, imponiendo un ritmo muy alto en los intercambios para acabar desgastando a su rival.
El español no levantó el pie del acelerador. El segundo set empezó como terminó el anterior: con juego para Nadal. De nuevo en forma de break, se escapó 2-0 en el marcador. Y cuando Tiafoe trató de recuperar la distancia hasta en dos ocasiones en el cuarto juego, el balear salvó ambas situaciones de peligro. Una vez más, la ventaja fue suficiente para encarrilar el encuentro.
Y como si de un déjà vu se tratase, el español estrenó la tercera manga igual que las anteriores. Una vez más un break confirmado con su saque lo puso en la rampa de lanzamiento hacia semifinales (2-0). Nadal no dejó escapar la oportunidad para abrochar el partido con una hoja de servicios en la que figuraron 11 saques directos, un 84% de puntos ganados con el primer saque, 29 golpes ganadores y 4 breaks convertidos en 8 oportunidades.
El cabeza de serie No. 2 firmó en el Abierto de Australia su victoria número 60, superando las 58 que registra en el US Open, las 48 de Wimbledon y aún lejos de las 86 en 88 partidos que firma en Roland Garros.