Michel Temer, quien fungía de mandatario interino de Brasil, asumió la presidencia el miércoles en la sede del Congreso Nacional, donde juramentó horas después de que el Senado aprobó la destitución de Dilma Rousseff, quien gobernaba desde 2011.
Prometo mantener, defender y cumplir la Constitución de la República, observar sus leyes, promover el bien general del pueblo brasileño y sustentarle la unión, la integridad y la independencia de Brasil, dijo Temer, quien era vicepresidente de Rousseff y la sustituyó interinamente el 12 de mayo, cuando esta fue suspendida de sus funciones.
Tras este acto, Michel Temer gobernará hasta el 1 de enero de 2019, cuando vence el mandato para el que había sido reelegida Rousseff en octubre de 2014.
En la mesa de la dirección del Congreso de Brasil, Michel Temer fue flanqueado por los presidentes del Senado, Renán Calheiros, de la Cámara de los Diputados, Rodrigo Maia, y de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, quien dirigió las sesiones del juicio político contra Rousseff en su condición de garante constitucional del proceso.
El acto fue “rápido y sencillo”, sin discursos, tal como se hizo en 1992 con la toma de posesión de Itamar Franco, quien sucedió a Fernando Collor de Mello después de que este también perdió el poder, en ese caso en medio de un grave escándalo de corrupción.