El partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores de 2018 entre River Plate y Boca Juniors se jugará fuera de Argentina, el 8 o 9 de diciembre próximo, decidió este día la Conmebol.
La entidad tomó esta determinación en una reunión sostenida con dirigentes de ambos clubes argentinos esta mañana, tras la postergación del encuentro de vuelta que inicialmente se debía jugar el sábado pasado en el Monumental de Buenos Aires, pero que fue suspendido por ataques violentos de aficionados al autobús que llevaba a los jugadores de Boca al estadio.
“Este partido se va a jugar, si se juega, aclaro, el sábado 8 o domingo 9 de diciembre y se va a jugar fuera de territorio argentino”, dijo Alejandro Domínguez, presidente de Conmebol.
La entidad tomó esta determinación en una reunión sostenida con dirigentes de ambos clubes argentinos esta mañana, tras la postergación del encuentro de vuelta que inicialmente se debía jugar el sábado pasado en el Monumental de Buenos Aires, pero que fue suspendido por ataques violentos de hinchas al autobús que llevaba a los jugadores de Boca al estadio.
La Conmebol tomó la decisión basada en el artículo 4 del Reglamento de Competición de la Copa Libertadores en donde indica que se debe “garantizar los principios de integridad, continuidad y estabilidad de las competiciones, del fair play (juego limpio), deportivo y financiero”, según reza en uno de sus apartados.
Hasta el momento, la ciudad italiana de Génova y el Estadio Mineirao, ya se ofrecieron oficialmente para albergar el partido de vuelta y se especula con que Abu Dhabi, en Emiratos Árabes, sede del próximo Mundial de Clubes, es otra alternativa como sede.