Cancelar las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) generaría “incertidumbre en cadena” respecto de la continuidad y los contratos de muchos otros proyectos de infraestructura que están en marcha, además de que inhibiría las inversiones, advirtió Eduardo Ramírez, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).
La decisión para determinar la saturación del actual aeropuerto ‘Benito Juárez’, no puede ser política porque las elecciones ya pasaron y argumentó que, si no hay casillas de votación en los aeropuertos, la consulta ciudadana estará sesgada.
Entrevistado al concluir la ceremonia conmemorativa del 35 Aniversario del Instituto Tecnológico de la Construcción (ITC), Ramírez dijo que, si los constructores se quieren comprometer con el nuevo gobierno a construir un aeropuerto en otro lugar, estarán en libertad de hacerlo, pero advirtió de los riesgos por la credibilidad.
“El problema es lo que estamos generando en los inversionistas, en la credibilidad de lo que sucede. Nosotros elegimos a un gobierno para que ellos ejecuten y se deben hacer de un equipo técnico para obras, con el respaldo de datos técnicos. No podemos seguir pensando que la respuesta va a ser política, la elección ya pasó”, argumentó Ramírez.