La violencia cundió en varias regiones de Francia a pesar del gran operativo de seguridad desplegado por el gobierno del presidente Emmanuel Macron, para evitar disturbios durante la nueva jornada de protestas del movimiento de los ‘chalecos amarillos’.
Enfrentamientos entre manifestantes y policías estallaron este sábado en París y en varias ciudades del sur, como Burdeos, Toulouse, Marsella, Lyon o Nantes, en el cuarto sábado consecutivo de protestas de los ‘chalecos amarillos’.
Un total de mil 385 personas habían sido arrestadas en todo el país, anunció el ministro de Interior, Christophe Castaner.
Castaner precisó que alrededor de 125 mil personas se manifestaron en toda Francia, entre ellas 10 mil en París.
De acuerdo con un portavoz de Prefectura, hay contabilizados 55 heridos, de ellos tres policías, a causa de los disturbios.
Al margen de las acciones violentas, los ‘chalecos amarillos’ organizaron bloqueos o filtraron el paso de vehículos en decenas de lugares por todo el territorio francés, en particular en algunos puntos estratégicos de la red de autopistas.
El movimiento de los ‘chalecos amarillos’ nació a finales de octubre, desvinculado de cualquier partido político o sindicato, contra el alza de un impuesto a los carburantes.
Respaldado principalmente por los franceses que viven en la periferia, provincias o zonas rurales, se ha convertido en un movimiento de hartazgo generalizado contra la política fiscal y social del gobierno.
Según el secretario francés de Estado de Interior, Laurent Núñez, por la mañana se había contabilizado a 31 mil personas en las acciones organizadas por los “chalecos amarillos”, de ellas 8 mil en París.