Pese a las intensas movilizaciones que han sacudido la capital francesa desde el 17 de noviembre, el presidente Emmanuel Macron rechazó congelar los precios de la gasolina.
“No cambiaremos de opinión, asumiendo nuestras convicciones ecologistas”, dijo. Y aseguró que los incrementos serán graduales.
“Hay que construir un método para estar a salvo de las fluctuaciones del crudo. Deseo que en tres meses haya un método para que esta tasa sea más inteligente, dado que ahora es un poco ciega”, admitió.
Para Macron, la transición hacia una energía limpia, es necesaria para la soberanía energética y para no depender de los precios que establecen los países productores.
El Presidente, quien atraviesa su punto más bajo de popularidad en sus 18 meses de mandato con 25 por ciento, aseguró que entiende el descontento de la población que se ha manifestado.
“En tres meses quiero un método que haga posible el acceso a la gente a las ayudas que existen, que puedan saber cuánto les cuesta un auto que contamine menos”, agregó.