Durante el encuentro del clero de Roma en la basílica de San Juan de Letrán el papa Francisco se dice con un ‘dolor y pena insoportables’ ante el escándalo de abusos que han salido a la luz estas últimas semanas.
“El pecado nos arruina y sufrimos como una humillante experiencia cuando nosotros mismos o uno de nuestros hermanos sacerdotes u obispos cae en el abismo sin fondo del vicio, de la corrupción o, peor aún, del crimen que destruye la vida de los demás”, reconoció en el acto, a puerta cerrada y del que informó la Santa Sede.
Las palabras del pontífice se producen mientras trata de afrontar las crisis de abusos sexuales a menores y su encubrimiento por parte de sacerdotes, que han salpicado incluso a altos jerarcas como el cardenal australiano George Pell, hallado culpable en su país.
Dirigiéndose al clero de Roma, del que es obispo, Francisco dijo: “Quiero compartir con vosotros el dolor y la pena insoportables que causan en nosotros y en todo el cuerpo eclesial la ola de escándalos que llenan los periódicos de todo el mundo”.
El pontífice considera “evidente” que “el verdadero significado de lo que está ocurriendo debe buscarse en el espíritu del mal, del Enemigo, que actúa con el pretexto de ser el patrón del mundo”, pero animó a los sacerdotes a “no desanimarse” ante estos escándalos.