Los sismos no se pueden predecir porque no existe registro histórico de miles de años que pudieran generar una estimación estadística, comentó Miguel Ángel Santoyo, sismólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
No obstante, no tenemos ese registro y no hay forma de obtenerlo, expresó al Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT).
Resaltó que la historia sísmica que poseen los científicos es muy corta con respecto a posibles ciclos sísmicos, si es que los hubiera: “El periodo de tiempo del que tenemos registro es tan corto, que ni siquiera estamos seguros de que existan los ciclos sísmicos o no”.
Explicó que a pesar de las tragedias que puedan provocar los temblores, también generan un bien al planeta, pues la tectónica de placas es la productora de la geomorfología de la Tierra y es gracias a ésta que existen las corrientes oceánicas que circulan por el planeta, así como el clima, la atmósfera y los mecanismos que generan lluvias y vientos.
Si no existiera esa dinámica planetaria no habría vida en la Tierra, al menos no como la conocemos. La vida se sostiene en parte por la tectónica de placas, para que entre otros factores pueda haber montañas y no se aplanen con los efectos erosivos del agua, el Sol y la lluvia. De no ser por esta dinámica, todo estaría detenido”.
El investigador de la UNAM aclaró que si bien no es el único factor, la tectónica de placas -la misma que genera los sismos-” ayuda a la biodiversidad y a que la vida se mantenga.
Es muy generalista, pero una parte de la tectónica sí contribuye al mantenimiento de la dinámica de la vida. No hay duda, sin tectónica probablemente no habría seres humanos”, afirmó.