En una pequeña capilla y ante una imagen de la Virgen María, dos curas católicos violaron una y otra vez a niños sordos, cuyos gemidos de terror difícilmente podían ser escuchados.
Las denuncias de abuso sexual clerical a los alumnos del Instituto Antonio Próvolo para hipo acústicos sacudieron a la provincia argentina de Mendoza. Y el escándalo sólo ha crecido: uno de sus presuntos abusadores es un sacerdote que ya había sido acusado de hacer lo mismo con otros estudiantes de una escuela en Italia.
En el instituto “hay una capillita chiquita donde está la Virgen… con unas sillitas, donde a los niños los confesaban, les daban la comunión. Allí sucedían algunos de los hechos”, dijo recientemente el fiscal Fabrizio Sidoti, quien investigó el caso en las últimas semanas.
Las violaciones anales y vaginales, los manoseos y las prácticas de sexo oral también ocurrían en los cuartos de baño, los dormitorios, el jardín y un sórdido sótano del centro educativo situado en la localidad mendocina de Luján de Cuyo, unos mil 065 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, según la denuncia de los alumnos del instituto contra los dos curas y tres laicos.
El caso golpea a las puertas del Vaticano, que desoyó las advertencias de víctimas italianas sobre el cura Nicola Corradi, quien se encuentra detenido en Mendoza.
Los acusados se han negado a declarar. A ambos curas les fue denegada el jueves la prisión domiciliaria y tendrán que permanecer en una cárcel de Mendoza con el resto de los acusados.
El papa Francisco no se ha manifestado públicamente sobre el caso y la Santa Sede declinó hacer comentarios a AP.