“Roma”, de Alfonso Cuarón, llega a la gala de la 33 edición de los Premios Goya del cine español, que se celebra mañana, como la gran favorita en la categoría de mejor película iberoamericana, en la que competirá con “La noche de 12 años” (Uruguay), “Los perros” (Chile) y “El ángel” (Argentina).
Cuatro títulos brillantes y los cuatro basados en historias reales, que se enfrentarán por conseguir un Goya que el año pasado fue a parar a la chilena “Una mujer fantástica”, de Sebastián Lelio.
En esta edición, y pese a los grandes méritos de sus contrincantes, sería una enorme sorpresa que el Goya no sea para “Roma”, la mejor película del año para muchos, ganadora de dos Globos de Oro, nominada a 10 Óscar y, sobre todo, una obra maestra indiscutible.
Cuarón ha volcado sus recuerdos de infancia en una historia tierna pero no exenta de dureza, con un duro trasfondo social, con el que el realizador mexicano ha querido saldar cuentas con su pasado y con su niñera, Libo.
En la película la niñera se llama Cleo y está interpretada por una sorprendente debutante, Yalitza Aparicio, una maestra de escuela de Oaxaca que se mete en la piel de una persona clave en la vida de Cuarón.
En blanco y negro, rodada en español y mixteco y con la naturalidad por bandera, la sencillez de “Roma” no lo es en absoluto y el trabajo que hay detrás del proyecto ha sido tremendo porque se construyeron la mayor parte de los escenarios en los que se desarrolla la historia.
Pero ha sido la delicadeza con la que cuenta la historia Cuarón la que ha conquistado a público y crítica y han hecho del filme el gran favorito al Goya en un año en el que la categoría de película iberoamericana presenta un elevado nivel.